8 de junio de 2010

Comerciales y consumidores con bajo CI

La suma de estos dos factores puede producir interminables ataques de risa frente a lo patético que suenan los alegatos de la gente que todavía no entiende qué hace una empresa por ellos y empresas que no entienden qué deben hacer por la gente.

Coca-cola y los cabeza de pelota

Caso puntual, un video que comenzó a circular por internet hace poco tiempo atrás y que muestra a los africanos de Lesoto (algo así, es un país que queda dentro de sud áfrica y para el caso da lo mismo) vueltos locos con lo del fútbol, unos hinchas chilenos que los convierten en fanáticos de Chile y con los que se montan en una micro, banderas chilenas y gritos aprendidos y llegan a sud áfrica a apoyar a nuestro equipo como chilenos “de corazón” (que **** más cursi).

El meollo de la tontería era que el comercial tenía de protagonistas a los chilenos, luego una versión con argentinos y finalmente una con paraguayos. Hasta aquí esto sería una anécdota, sin embargo el derrame de inteligencia comienza cuando uno lee los posts de comentarios de los usuarios, pidiendo que levanten las penas del infierno contra los creativos de semejante barbaridad de video, que es inescrupuloso que los engañen de esa manera, que las empresas ya no tienen respeto por nada y que han herido el orgullo patrio y blabalblaba otra sarta de extensivas estupideces.

Alguien en su sano juicio podría encontrar que están equivocados los creativos al hacer semejante video? Claro que no, si Coca Cola y muchas otras empresas simplemente venden sus productos usando como gancho alicientes, mentiras blancas, promesas incumplibles, status, aire, admirabilidad e insuperabilidad.

Cuando una persona se compra una cartera Luis Vuitton no está comprando una cartera de cuero, ni tampoco está comprando Luis Vuitton, está comprando Status, admiración y comentarios. Esto, generado ya sea por el marketing de la marca, o por la percepción de marca de la gente.

Coca-cola se preocupa de nosotros.

Cuando no se consiguen comprender los sencillos conceptos que mueven a las empresas y se comienza a creer que lo que ofrecen en sus comerciales es lo que en realidad son (es decir confunde la realidad con la ficción, lo que seguramente es un trastorno psicológico), comienza un proceso de patética dependencia en donde una marca que no ha hecho por uno más que sacarle plata, es prácticamente un individuo que dicta estilos, tendencias y puede mover masas.

Para este caso, Coca-cola no es una empresa chilena, no puede estar menos interesada en la salud de los chilenos (han leído esa declaración enferma de que tienen un instituto de las bebidas y que recomiendan tomar líquidos porque hace muy bien? obvio que tomar agua hace bien, pero eso te lo tiene que decir coca cola?) y menos aún en nada que sea parte de la gente, excepto, a la hora de hacer las campañas de marketing.

Hagan este ejercicio:

- Si ganamos algo, coca cola va a sacar un comercial que dirá que siguió a la “roja” durante todo su viaje, que los apoyó, hidrató y dio ánimo (¿?) y que estuvo con ellos cuando casi perdieron y que ahora los acompaña en la victoria (en el fondo dice que estuvo todo el rato y que es posible incluso que haya sido gracias a ella que les fue bien).

- Si perdemos, coca cola va a decir lo mismo de arriba, pero con la diferencia que expresará que aunque no ganamos, el elixir del bienestar los puede ayudar a levantarse de nuevo. O sea, coca cola los salva.

Esto no quiere decir que coca cola sea mala, si no que estos ganchos comerciales, bien proyectados y mejor apoyados por el marketing y su propio posicionamiento a nivel del público, pueden convencer de forma subrepticia que SI es como dicen ellos.

Algunos dirán que estoy exagerando, pero cuando lees a gente quejándose porque coca cola “los engaño”, no me quedan muchas opciones de análisis, más aún cuando es sabido que su consumo produce obesidad, acidez estomacal, insomnio, meteorismo y no tiene ni un sólo nutriente pero aún así somos el país que más la consume en latinoamérica.

 

Continúa…




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