29 de octubre de 2008

El orgullo de ser chileno. Las pelotas I.

A pesar de que mi raigambre cultural me hace, al menos inicialmente, sentir mucho apego por la tierra en que nací y por la patria en que me crié, el tiempo ha permitido que mi visión haya pasado desde una incipiente etapa Nacionalista, a una profunda sensación de desazón y desapego frente a este largo país.

Las razones, largas de enumerar y muchas veces relacionadas con mi experiencia de visita a otros países, principalmente Suecia y Alemania, se han convertido en el punto de comparación con el cual mido a mi patria y es ahí donde el resultado es casi siempre a pérdida, tanto en la forma como en el fondo.

¿Orgullo de qué?

Sin duda alguna las razones de por qué estar orgulloso pueden ser variadas y contradictorias, pero para poder empezar hay que definir que es ORGULLO. Nos vamos a la RAE (Real Academia de la Lengua Española) y nos encontramos con lo siguiente:

Arrogancia, vanidad, exceso de estimación propia, que a veces es disimulable por nacer de causas nobles y virtuosas.

Entonces, empezamos mal. A menos que este "orgullo" venga por alguna causa noble o se herede por virtud, dicho orgullo sería simplemente una arrogancia y exceso de estimación propia. Gran frase. El asunto es vanagloriarse de cosas que no existen. De hecho, eso sí debiera ser el orgullo del chileno.

Tradición Democrática

Cuando escucho hablar en televisión de una frase, tan repetida como ultrajada, haciendo referencia a la tradición democrática que nos antecede en las lides políticas, simplemente se me cae la cara de vergüenza. Y no porque la frase es falsa, sino, por el orador que la dice, que al hacerla parte de su discurso demuestra su ineptitud mental para conocer la historia patria.

Revisemos:

  • O'Higgins fue nombrado Director Supremo y, el 12 de febrero de 1818 declara formalmente la independencia de Chile.
  • Para evitar una guerra civil, O'Higgins renuncia el 28 de enero de 1823 y en julio del mismo año se exilia en el Perú.

Acabamos de ver 5 años de "república" con dos constituciones, una el 18 y otra el 22, eso nos dejaría en realidad con apenas 1 año de república si tomamos en cuenta que el cambio de constitución es entre 4 años. Por otro lado vemos que O'Higgins se ve obligado a exiliarse al Perú, por lo que no tengo ninguna razón para pensar que la república andaba muy bien, especialmente cuando la renuncia es para evitar una guerra civil y acusaciones de autoritarismo, asesinato (Manuel Rodríguez) y revuelta (hermanos Carrera).

Por otro lado este período hasta 1823 aproximadamente es de Directores Supremos, que de Democráticos no tienen nada, por lo que en realidad debemos sacar de los cálculos estos primeros 5 años de historia. Pero sigamos...

  • Tras la renuncia de O'Higgins, el país entró en un largo período de inestabilidad política que duró toda una década. El general Ramón Freire, que asume como Director Supremo siendo asesorado por Juan Egaña, se dedica a acabar con el último foco de resistencia colonial en Chiloé, pero el constante desorden político en que se encuentra el país es un grave obstáculo para su gobierno. Como forma de solucionar dicho problema, es redactada la Constitución Moralista de 1823; sin embargo, su complejidad genera un gran rechazo en la población que, sumado a la crisis económica imperante, provoca la caída del gobierno de Freire.
  • En un ambiente dominado por las rencillas entre los grupos políticos, Manuel Blanco Encalada es elegido como el primer Presidente de Chile. Su corto gobierno estuvo marcado por el dominio del grupo federalista y la promulgación de las Leyes Federales de 1826. Pero nuevamente esta legislación es rechazada y provoca un caos en el país. Blanco Encalada renuncia y se establece una sucesión de presidentes de cortos períodos de gobierno.
  • En 1828, Francisco Antonio Pinto logra aprobar la Constitución de 1828 de corte liberal. En elecciones, Pinto es reelecto, pero se le acusa de fraude electoral. Además, el Congreso Nacional designa a Francisco Ramón Vicuña como vicepresidente, cargo que debía ser electo por votación popular. Esto provoca el levantamiento del ejército a cargo de José Joaquín Prieto que controla rápidamente el sur de Chile, dando inicio a la Revolución de 1829.

Paremos un poco. Hasta ahora llevamos casi 10 años desde la constitución de 1818 y el país lleva "tranquilo" 1 año, el del período que va desde la constitución del 22 y la abdicación de O'Higgins. Y creo que estoy siendo generoso. Las elecciones y los datos que están más arriba indican que el país no era precisamente un jardín de la democracia. De muestra un botón, la revolución del 29.

  • Pinto y Vicuña renuncian para evitar la Guerra Civil, pero ya es demasiado tarde. La unión entre conservadores (pelucones), estanqueros y o'higginistas, tras la batalla de Ochagavía, produce la caída del régimen liberal y se instaura un gobierno revolucionario a cargo de José Tomás Ovalle. Finalmente, la batalla de Lircay, otorga la victoria definitiva de los revolucionarios y el fin del régimen liberal.

Alo? estamos hablando de GUERRA CIVIL. Eso en ningún lado es tradición de la democracia. A pesar de que este primer período es llamado de "formación de la república", yo diría que es una batalla campal entre facciones políticas e intentos de legislar y crear una carta fundamental para el país, algo que al parecer es sumamente difícil por lo que se extrae de estos 12 años de parranda (1818-1830).

  • José Joaquín Prieto, tras salir victorioso en la Revolución, asumió como Presidente de la República en 1831. Junto a él, el poder de Diego Portales se acrecentó de tal forma que se convirtió en el hombre más importante del país.
  • Siguiendo la ideología de Portales, de carácter autoritario —"gobierno obedecido, fuerte, centralizador, respetado y respetable, impersonal, superior a los partidos y a los prestigios personales"—, es promulgada la Constitución de 1833, la que entrega fuertes poderes al Presidente de la República, electo por sufragio censitario por un período de 5 años y reelegible por otros 5.
  • Portales, uno de los más férreos enemigos de la Confederación Perú-Boliviana, fue uno de los promotores de la Guerra contra ella. En su cargo de Ministro de Guerra, logró que el Congreso declarara la guerra el 28 de septiembre de 1836. Gran parte del pueblo y del ejército no estaba convencido de ir a la guerra. Sin embargo, el asesinato del mismo Portales, el 6 de junio de 1837, fue el aliciente necesario para la participación en la guerra y la victoria en la batalla de Yungay al mando del general Manuel Bulnes, el 20 de enero de 1839.

6 años de república. Luego comienza la guerra. Dura hasta el año 39, eso nos deja con un saldo de 6 años de República Democrática, el resto del tiempo, sueños.

  • En 1841, Bulnes es elegido como sucesor de Prieto. Al fin de su mandato, un intento revolucionario para evitar la asunción de Manuel Montt, fue aplacado tras la batalla de Loncomilla, el 8 de diciembre de 1851.

Aquí mejoró la cosa ostensiblemente. Son 12 años más a la cuenta. O sea llevamos 18 años democráticos.

  • En 1879, los roces diplomáticos entre Chile y Bolivia por la administración de la frontera norte del país y de los intereses chilenos en las minas salitreras, provoca el desembarco en Antofagasta el 14 de febrero, dando inicio a la Guerra del Pacífico, el mayor conflicto bélico de la historia del país.
  • Tras la conquista del territorio de Antofagasta, Chile rápidamente se enfrenta en el mar al Perú, aliado de Bolivia, y acaba con la conquista de los territorios de Tarapacá, Arica y Tacna, a mediados de 1880. Bolivia se retira de la guerra en mayo de ese año y Chile logra entrar en Lima tras la batalla de Miraflores, el 15 de enero de 1881. La guerra finalmente acabó con la batalla de Huamachuco, el 10 de julio de 1883, con la firma del Tratado de Ancón el 20 de octubre de 1883.

Agregamos 28 años más a la cuenta y ya tenemos 46 años.

  • José Manuel Balmaceda fue electo Presidente en 1886. Durante su gobierno, trató de unificar a los liberales en torno a su figura, pero la división se profundizó, imposibilitando el normal desarrollo de su gobierno. Era común que el Congreso acusara constitucionalmente a los ministros, paralizando el normal desarrollo del gobierno de Balmaceda. Además, sumó como enemigos a los líderes conservadores, a la aristocracia y a los empresarios salitreros.
  • La fuerte oposición a Balmaceda se concretó cuando el Congreso no aprobó la Ley de Presupuestos del año 1891. Balmaceda declaró, el 1 de enero, que se prorrogaría el presupuesto del año anterior y que el Congreso no se reuniría hasta el mes de marzo. Ese mismo día, el Congreso consideró ilegítima la actitud del Presidente y declaró su destitución. La armada se adhirió a los parlamentarios, mientras el ejército declaró su lealtad al Primer mandatario, dando inicio a la Guerra Civil de 1891.
  • El 12 de abril, fue declarado un gobierno paralelo en Iquique liderado por Ramón Barros Luco y el almirante Jorge Montt. Rápidamente, las tropas congresistas derrotaban en el norte a los balmacedistas. Tras las batallas de Concón (20 de agosto) y Placilla (28 de agosto), las tropas revolucionarias lograron entrar en Santiago. Balmaceda, refugiado en la embajada de Argentina, se suicida el 19 de septiembre (el día anterior era la fecha de término de su mandato), acabando con la Guerra Civil que produjo más de 10.000 muertes.

19 años más a la suma y nos quedamos con 65 de "tradición". Pero aquí viene el asunto importante y que hay que tomar en cuenta en este análisis. La tradición que ha demostrado Chile a lo largo de la historia hasta aquí resumida, nos indica que cada 10-20 años se producen sucesos que provocan quiebres en la "tradición". Lo que es peor, dichos quiebres internos producen "grietas" al interior del pueblo del país. A qué me refiero con ello, lo explicaré más adelante.

  • La victoria de las tropas congresistas en la Guerra Civil, permitió el establecimiento de un sistema político conocido como República Parlamentaria, dominado principalmente por la oligarquía compuesta por los grandes terratenientes, la burguesía minera y bancaria y la aristocracia chilena.
  • Aunque no se estableció un sistema parlamentario propiamente tal, el Congreso Nacional dominó la política nacional y el Presidente se convirtió en una figura prácticamente decorativa, sin autoridad y supeditado a la decisión de las mayorías parlamentarias, por lo que era incapaz de hacer aprobar las reformas que el país requería. Los gabinetes ministeriales eran constantemente censurados por el Congreso y debían presentar su renuncia inmediatamente, produciéndose una rotativa ministerial que imposibilitaba un adecuado gobierno. Por ejemplo, el gobierno de Germán Riesco tuvo un total de 17 gabinetes y 73 ministros en un período de 5 años.

¿A ustedes les parece que esto sea digno de una democracia? Por el momento dejaré esto hasta aquí, continuando con el análisis del 1900 para la siguiente nota. Pero recuerden leer bien lo que aquí se lee entre líneas: inestabilidad constante y una repetida segregación de grupos de personas. Este es el meollo del asunto. Chile ha creado "exiliados" internos cada 20 años aproximadamente.

Desde 1818 a 1900 hay 82 años, de los cuales 65 son de democracia, dejándonos 17 años de desorden, incluyendo 4 guerras entremedio, dos civiles, 2 contra países vecinos. De la contra España haré el favor de no referirme. Yo no veo mucha tradición.

Si asumimos que el promedio de fanatismo de los chilenos es como el barrista de algunos de los clubes deportivos que pululan en el país, entonces podemos asumir que se transmite vía familiar una especie de semilla del trauma. Desde que un grupo decidió que el pueblo era muy estúpido para decidir por sí mismo (Logia Lautarina), hasta el poder del Congreso decidiendo qué debía y que no debía hacer el presidente.

Entremedio observamos el penoso desarrollo de una fustigada clase social baja, que ve como las clases superiores deciden brindar guerras a un país pobre y enviarlos a ellos a combatir. Dejando el camino de los resguardados oficiales a la elite aristocrática del país y generando nuevamente el resentimiento que se anida en los pechos de más gente.

Además tenemos una guerra civil sin sentido más que la lucha del poder que termina con riñas que duran en la memoria de muchas familias (especialmente las de mayor alcurnia que fueron atacadas) incluso hasta ahora. Especialmente cuando el pueblucho seguidor de un grupo atacó a los aristócratas más por una vendetta de las desigualdades que por una conciencia política de los hechos que produjeron en primer lugar la guerra civil. Obviamente las revanchas que se produjeron una vez retomado el control por parte de los primero vencidos y ahora vencedores no hizo si no ahondar las diferencias y alimentar el rencor que como veremos, sigue hoy en cada uno de los hijos de esta tierra.

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