Es extraño sentir que en realidad todo esto fue un terremoto y no otra cosa. De pronto parece un reality. Uno muy producido. En donde existe todo lo necesario para que el reality sea exitoso:
- mentiras
- bajezas
- heroicismo
- descoordinaciones
- ridiculeces
- valentía
- alzheimer
- incomunicación
- desprecio
- vergüenza
Chile ayuda a…
Conversaba con un amigo hace 1 día atrás respecto a lo increíble que significaba la cantidad de plata que juntó la Teletón. Reflexionando nos dimos cuenta que el dinero reunido era el doble de lo que habían juntado hacía 2 años atrás y, para esa Teletón hubo que estirar la entrega de plata y esforzarse para alcanzar la meta.
Ahora la entrega había alcanzado al doble. Cuál era la diferencia? Mirándolo desde donde lo miran los noticiarios, los curas y el 80% de Chile, es el símbolo de la grandeza del pueblo chileno. Mirándolo desde el punto de vista de unos “descarados”, sencillamente la razón detrás de la plata es generar más plata. Invertir. No para el bien de más gente, o levantar la patria. Invertir para poder recibir más a cambio. Me explico a continuación.
Zona de guerra sin guerra.
USA está siguiendo un plan mediante el cual cada vez que necesita algo de algún pueblo o desea explotar una riqueza x de un pueblo simplemente organiza una guerra y dicho pueblo es destruido, socavado y finalmente sojuzgado de tal manera que, en poco tiempo comienza un plan de reconstrucción que tiene dos caras. La primera es la cara de ayuda, organización y mejora. La segunda es la cara de la inversión, aprovechamiento usufructo y explotación descontrolada.
El caso de nuestro terremoto en Chile, es una vuelta a cero, un reset, donde las cosas son casi mejores que una guerra. Destruir la zona agrícola, lechera, ganadera, viñatera, turística más, o casi más, importante de Chile, no costó ni un peso, como sí hubiese costado una guerra.
Mirándolo fríamente, la Teletón para discapacitados sólo reúne unos 15mil millones de pesos después de 1 mes de campaña por la pura buena onda. Al fin y al cabo, esos empresarios que hacen donaciones no van a contratar a aquellos minusválidos que dicen apoyar, tampoco va el gobierno a exigir que se construyan accesos para usuarios minusválidos (de ejemplo tenemos al Metro, cuyas extensiones no tomaron nunca en cuenta a gente discapacitada, al menos no como un país moderno haría). Ni las cajas de supermercados permiten pasar a un minusválido, ni las oficinas del estado entrar. Tampoco es posible ver algún plan contingente de gente minusválida en trabajos cuyas habilidades puedan ser usadas apoyando el desarrollo y la integración que pregona la campaña Teletónica. Al revés, minusválidos vemos pidiendo limosna en las calles, vendiendo lentes para leer, llenando el paseo Ahumada o escondidos en sus casas porque es muy difícil soportar la mirada de las personas en la calle, esa mirada ignorante del chileno común y corriente que queda anonadado con un minusválido, un ciego, un rubio, o un negro, haciéndolos a todos parecer alienígenas.
En resumen, los minusválidos no rentan, por lo mismo el apoyo que consiguen es marginal y sólo ha crecido con los años porque la Teletón ha juntado cada vez un poco más de plata, lo que ha hecho aumentar la meta, algo que seguiremos viendo mientras el estado se corra olímpicamente del problema central del asunto que es solucionar los problemas de salud de SU población.
¿Donaciones? Marketing de bajo costo mejor.
Siguiendo con la línea de pensamiento, es increíble ver las donaciones gigantes, parece que los corazones hubieran crecido. Sin embargo no es eso. Lo que creció fue la ambición.
Tomando en cuenta que los pescadores quedaron sin caletas, ni barcos, ni casas, ¿Quiénes se hacen cargo ahora de la pesca? Adivinen quiénes podrán ahora instalar, arrendar, prestar o generar una serie de “pymes” de pesca subyugadas bajo una empresa más grande.
Tomando en cuenta que los monumentos históricos que cayeron fueron un montón, ahora podemos renovar los espacios con nuevas construcciones, edificios modernos y que se caen cada 25 años gracias a las inmobiliarias y constructoras que la ley misma ha permitido que sean juez y parte de sus propias construcciones, decidiendo qué está bien y qué mal.
Hemos presenciado la entrega de millones de pesos en “materiales” y en “cooperación”. Que en realidad no vale, y es lo mismo que cuando dicen que por no haber trabajado hoy perdimos X millones de pesos, lo que dicen. Principalmente por que las cuentas y los precios los ponen los mismos donantes. Si X empresa dona 10 camionetas avaluadas en 10 millones cada una por ellos mismos, es decir si la camioneta me cuesta improtarla y todo lo demás, 6 millones, los otros 4 millones son de ganancia y gastos operativos. Es posible que suponer que cada camioneta donada vale en realidad 6 millones por lo que la suma donada es de 60 millones por lo que el total fue abultado con 40 millones, abultando a la vez el ahorro de IVA de las donaciones de dicha empresa.
¿Por qué la campaña no permite reducir impuestos a los donantes naturales que en el fondo son los que donaron una beuna suma de su bolsillo siendo que eran los mismos afectados por el terremoto?
¿Qué pasa con las empresas escabrosas? Como “Un Techo para Chile”, que NO ES UNA FUNDACIÓN DE CARIDAD, ELLOS COBRAN POR LAS CASAS, pero las arman voluntarios que solventan el costo de construcción a cambio de el traslado y ubicación, es decir la logística la hace UTPC. La realidad es que UTPC nunca ha regalado ni una mediagua, todas han sido compradas por las donaciones de los mismos damnificados.
Celulosa Arauco anunció la “entrega” de mediaguas con bombos y platillos y aunque nunca mencionó “donación”, la forma en que mostró el dato, conllevaba a pensar que las estaba donando, sin embargo, dichas mediaguas serían pagadas. La empresa que proveería sería Celco y ella a su vez proveída de otros aserraderos locales. Es decir, la empresa que destruye el bosque y el habitat de la gente del sur, se esmera por “entregar” (vender) mediaguas.
Otro día sigo amargándome con éste mi lobotomizado país.
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